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domingo, 20 de julio de 2014

Y pensar que todo empezó por una mirada…




Y pensar que todo empezó por una mirada, una mirada sin maldad, una mirada como otra cualquiera…

Ella es hermosa…tan hermosa que su recuerdo no te deja dormir por las noches…te das cuenta que tu cuerpo siempre tiene dos almas, la tuya y la de su recuerdo…te atrapa, te hechiza con sus ojos, te sientes bajo su influjo y no puedes apartarla de tu mente. Ella es tan hermosa que siempre he pensado que, algún día, tiene que devolverme todos esos besos y esos sueños que roba de mi imaginación todas las noches, entregarme todos esos suspiros que se escapan de mis labios…porque si no nunca podré descansar en paz.


Ella es la piel en la que ahogo mis nostalgias todas las noches…y pensar que todo empezó por una mirada, una mirada sin maldad, una mirada como otra cualquiera…pero no, no fue una mirada cualquiera, fue una mirada como todas las suyas, porque alguien que tenga esos ojos no puede tener una mirada como las demás…


Sí, sus ojos...esos ojos que te hechizan sin quererlo, esos ojos que pese a su hermosura esconden mil y una tristezas...esos ojos que aguantan mil y una lágrimas…siempre he pensado que las cosas bellas de la naturaleza no deberían estar en ningún momento  tan cerca de la tristeza…sus ojos…ellos sí que saben hablar…

Porque cuando la miras a los ojos y ella te devuelve la mirada te sientes raro…te sientes más fuerte y más débil al mismo tiempo…te sientes el hombre más afortunado del mundo en ese momento…la verdad es que no sabes qué es lo que sientes…lo que si sabes es que darías tu vida sin dudarlo por ser ese hombre que pudiera compartir con ella su vida para siempre…es como si hubieses alcanzado lo inalcanzable y no estuvieses preparado para ello...como si supieses que ella es lo único que necesitas para poder tocar el cielo y que nada más importa en este mundo o en otros…

Y pensar que todo empezó por una mirada…

Y me enseñaron de pequeño a no enamorarme de nadie por quien no estuviese dispuesto a dar mi vida sin pensarlo…y sabes que estás enamorado cuando tienes la certeza de qué labios besarías y qué ojos mirarías con el último suspiro de tu vida…

Y mis palabras siempre huelen a ella, al perfume de su pensamiento y sabes que, cuando ella te lee, estás en su interior y durante ese instante le haces el amor con tus versos…y sabes que si amarla es un pecado, con gusto me llevaría todas mis palabras y mis pensamientos al más oscuro de los infiernos, con tal de que ella escriba sobre mi piel la historia de su vida…con tal que su cuerpo sea el destino de mis caricias…con tal que su vida sea el destino de mis palabras…


Y pensar que todo empezó por una mirada…






El misterio de la colonia perdida


La historia de la primera colonia inglesa fundada en tierras de Norteamérica sigue fascinando y dividiendo a investigadores y cronistas desde hace más de 400 años, debido a la posibilidad de que nos encontremos ante una leyenda urbana.


Un poquito de historia...


Este caso comienza a gestarse en el año 1585, cuando los capitanes ingleses Arthur Barlowe y Phillip Amadas, corsarios bajo las órdenes de Drake, junto con un pequeño grupo de puritanos, desembarcaron en la isla de Roanoke, frente a las costas de lo que hoy en día es Carolina del Norte. A pesar de que, en un primer momento, la relación con los nativos que habitaban la zona no era mala, pronto comenzaron las tiranteces. Es por ello que cuando su jefe, el corsario inglés Sir Francis Drake, llegó a la isla en 1586, el pequeño grupo regresó a Inglaterra con él. 

Poco después, el vicealmirante Sir Richard Grennville (también corsario, por casualidad…) volvió a la isla de Roanoke con provisiones para el pequeño grupo de colonos, puesto que no supo de su regreso a Europa, pero al no encontrar allí a nadie volvió a Inglaterra no sin antes dejar en la isla a una guarnición de 15 soldados para mantener la posición como avanzadilla en la zona. Se cree que este pequeño grupo sufrió las acometidas de los indios locales, marchándose los supervivientes rumbo a Inglaterra, aunque no hay constancia escrita de este hecho. Sea como fuere, nunca más se volvió a saber acerca de estos 15 soldados.

A finales de julio de 1587, un nuevo grupo de colonos puritanos, formado por 90 hombres, 17 mujeres y 11 unos niños, llegaron de nuevo a la isla de Roanoke, con la idea de llevar a cabo un segundo intento de colonizar la isla, estableciendo un asentamiento permanente en el Nuevo Continente. Esta expedición, capitaneada por John White, que ya había estado en la primera expedición a la isla, fue financiada en su totalidad por Sir Humphrey Gilbert, bajo el auspicio de la Corona Inglesa. El día 18 de agosto de ese mismo año, se recogió en las crónicas el nacimiento del primer niño ingles en América, una niña en este caso, Virginia Dare, nieta de John White.


El bautismo de Virginia Dare, el primer niño inglés nacido en América. Litografía de 1880


Durante las primeras semanas tras la llegada de los colonos fueron esperanzadoras, respecto a la convivencia con las tribus locales. La tribu de los croatoan se mostraba bastante colaboradora con el asentamiento inglés, mientras que sus vecinos, los secatoan, pese a que no se relacionaban con los recién llegados, no se mostraban hostiles hacia ellos.

De alguna manera muy poco clara, a finales de 1587 el colono George Howe apareció muerto en una playa de la zona de Albemarle Sound, cuando había salido a pescar cangrejos. Tras este hecho, se especuló con la posibilidad de que alguna de las tribus locales le hubiesen asesinado por lo que, temiendo por primera vez por sus vidas, los colonos le pidieron al gobernador White que se embarcase rumbo a Inglaterra para informar a la reina Isabel de su situación en la isla, a la vez que volviese con suministros, pues los recursosya empezaban a escasear en la zona.

Cuando White regresó a Londres, se vio atrapado en la capital por la guerra del Reino Unido contra la España de Felipe II (la famosa guerra donde nos “lucimos” con la Armada Invencible…) y la falta de fondos por parte de la corona, por lo que no podría volver a Roanoke hasta que la guerra terminase.  Pasaron tres años hasta que John White pudo regresar a la isla de Roanoke; fue el 18 de agosto de 1590, el mismo día en el que su nieta cumpliría 3 años…


El misterio


Lo que White se encontró a su regreso, fue que los 117 colonos que había dejado allí hacia tres años, habían desaparecido sin dejar rastro. Las casas que se habían construido estaban totalmente desmanteladas y los establos,  vacíos. Lo único que los colonos habían dejado en el lugar fueron dos tumbas (una de ellas, quizá perteneciente a George Howe), además de una misteriosa palabra escrita en un poste, Croatoan y las letras Cro talladas en la corteza de un árbol cercano. Eso fue lo único que quedó de un asentamiento de más de 100 personas.
 No se encontraron signos de violencia, ni de una huida apresurada por parte de los colonos; simplemente no se encontró nada. Todo esto hizo suponer a White que los colonos se habrían trasladado con los croatoan, viviendo junto y allí mezclado con la población local, aunque no pudo comprobarlo, puesto que una gran tormenta se desencadenó sobre el poblado, poniendo en grave peligro tanto a la expedición, como al buque que les había llevado a Roanoke. El capitán del barco advirtió a White que debían partir de manera inmediata si querían conservar sus vidas y la integridad del navío. Regresó a Inglaterra y comenzó así la leyenda de la “colonia perdida” que aun hoy en día permanece en el misterio.

 

Una de hipótesis varias...



Diferentes hipótesis se han intentado presentar desde la misma fecha de la desaparición para tratar de encontrar una explicación sobre el destino y el paradero de la “colonia perdida”.

La primera idea fue que los colonos, ante la falta de provisiones, se marchasen a vivir junto a los croatoan. Esta idea no es concluyente, pues no se sabe por qué alguien escribió solo “cro” en uno de los arboles, lo que podría indicar que la colonia se había ido de manera tan apresurada que, quien fuese, no pudo terminar de escribir el mensaje.

Se especuló con la posibilidad de un ataque externo, bien por parte de los nativos o de los españoles, aunque no se halló ninguna señal con la cruz de malta en el asentamiento, señal que era la convenida para indicar que la colonia había sido víctima de un ataque. Además, cabe recordar que nunca se encontraron signos de violencia en el fuerte.

También se ha descartado la posibilidad de que los colonos hubiesen intentado emprender el viaje de vuelta a Inglaterra por sus medios, puesto que no había entre ellos ni personal para gobernar un navío ni, mucho menos, para construirlo. Además, de haber sido posible esta posibilidad, los colonos hubiesen dejado constancia de sus planes y de la fecha de su partida.+

Se barajó la posibilidad de que hubiesen sucumbido al ataque de alguna tribu caníbal (de ahí que no se encontrasen restos de seres humanos), pero es muy poco probable pues no se tiene constancia de la existencia de tales prácticas en la zona.

Recientemente, utilizando técnicas más modernas, se ha planteado una nueva hipótesis, la de que los colonos se hubiesen mezclado con la tribu cercana de los lombee, puesto que estos individuos presentan rasgos europeos, como la piel y los ojos claros, que no se corresponden con las características antropomórficas de la zona ni de las tribus vecinas, todas descendientes de los algonquinos. No obstante, los estudios de ADN que se llevaron a cabo en la Universidad de Texas no arrojaron resultados concluyentes.


Es decir, a día de hoy, continúa siendo un completo misterio la desaparición de la colonia perdida y permanece en el enigma que significaba aquella misteriosa palabra tallada en la madera croatoan”.

sábado, 19 de julio de 2014

Pues aquí estamos...

Después de un periodo de reflexión y de haber estado con otros menesteres, he decidido volver a actualizar el blog, aunque en él también incluiré pensamientos y opiniones sobre lo que considere relevante...al fin y al cabo, se trata de un blog...y eso es algo personal.

Estad atentos en las próximas horas...

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Fantasmas de Japón (I)



Pese a estar considerado, sin lugar a dudas, como el país más avanzado tecnológicamente del mundo, Japón es uno de esos lugares en los que existen cientos de historias de fantasmas, debido en gran parte a que su mitología es un sistema extremadamente complejo de creencias. En Japón, la religión no tiene un concepto definido, pues los japoneses no tienen una religión "oficial". Es sabido que los japoneses incorporan los rasgos de muchas religiones en sus vidas diarias, un proceso conocido como sincretismo. De esta manera, es normal ver por las calles japonesas decoraciones para festejar la Tanabata (Festividad de las estrellas derivada de la tradición china), el Obon (una festividad de origen budista que honra a los espíritus fallecidos de los antepasados), Halloween o nuestra Navidad. Una oración muy usada en Japón cuando se tienen problemas es "Kami-sama dōka otasuke kudasai" ('Dios, ayudadme de alguna forma, por favor'), que parece implicar una creencia sincretista.

A día de hoy, el budismo es la religión ligeramente mayoritaria en Japón, mientras que el sintoísmo fue la religión oficial de Japón hasta el siglo VII, siendo actualmente la segunda en número de practicantes. Debido a la influencia histórica de China, podemos encontrarnos con taoístas y confucianos . También se practica el cristianismo, principalmente en sus formas de protestantismo y catolicismo, aunque esta es una religión claramente minoritaria.

Esa complejidad religiosa se ve reflejada tanto en su mitología como en sus tradiciones y leyendas. A modo de curiosidad, podemos afirmar que sólo en el panteón shinto se compone de más de 8.000.000 kami (dioses o espíritus).

Pero vamos a centrarnos en aquellos fantasmas que han creado terror durante tanto tiempo...y aún lo siguen haciendo.

Todos los fantasmas japoneses se clasifican, groso modo, bajo el nombre de Obake
(お化け) o Bakemono (化け物). La palabra obake procede del verbo bakeru, que significa cambio o transformación. En Japón, los fantasmas son algo que muta y se transforma, son almas que han sufrido un cambio debido a alguna experiencia amarga o simplemente seres que son producto de algún hechizo. Dentro de los Obake podemos encontar varios tipos, según su origen: los Yurei (almas en pena), los Yokai (seres de apariencia monstruosa), los Oni (Ogros y demonios) y los Henge (animales con poderes diabólicos).

En esta ocasión y debido a lo extenso que resultaría este post, nos centraremos únicamente en los yurei, dejando a los otros tipos para otro momento.

Los yurei (幽霊 "alma que casi no se ve") son lo más parecido a nuestro concepto de  fantasma. Tradicionalmente son considerados como los espíritus de personas que fallecieron de forma trágica, por no haber recibido un funeral apropiado (tatari) o por suicidarse. Los yurei se limitan a merodear por los sitios próximos al lugar donde fallecierón, apareciendo normalmente entre las las dos de la madrugada y el amanecer, asustando a aquellos que les ofendieron en vida, aunque sin causar daño físico, pues su naturaleza se lo prohibe.

Una característica importante es que la gran mayoría de los yurei son mujeres, pues el yurei masculino es menos común. Cada yurei tiene su propio nombre y su historia triste. 

Muchas de las características del yurei se derivan de los ritos funerales del periodo Edo (siglos XVII-XIX), como que se aparezcan con un kimono funerario blanco y abrochado del revés, color con el que se vestían, y todavía se visten a día de hoy, a los difuntos. Suelen carecer de piernas o de pies y, frecuentemente, están acompañados por dos hi-no-tama (fuegos fatuos), de colores azul, verde o púrpura. Estas llamas fantasmales son partes separadas del fantasma más que espíritus independientes. 

Como a la mayoría de los seres diabólicos del folklore japonés, los yurei pueden ser repelidos con una ofuda, una serie de escrituras shintoístas santificadas. Los monjes budistas suelen ser contratados para llevar a cabo rituales en aquellas muertes inusuales o desgraciadas que pueden llevar a la aparición de un fantasma vengativo, de un modo similar a un exorcismo. Además, en ciertas ocasiones, estos fantasmas pueden ser deificados para aplacar sus espíritus en el más allá.

Dentro de los yurei hay varios tipos específicos de fantasmas, clasificados principalmente por la manera que murieron o por el motivo que les llevó a volver al mundo de los vivos:


 
Onryo (怨霊). Es un fantasma japonés que vuelve al mundo físico para buscar venganza. Cegados por su deseo de venganza, raramente desatan su venganza sobre el causante de sus males.
 

Ubume (産女). Se trata del fantasma de una madre que murió durante el parto, o murió dejando niños pequeños. Estos yurei suelen regresar para cuidar de sus hijos. En algunas historias, compran dulces y comida a sus hijos vivos, con monedas que pasan a convertirse en hojas secas.


Goryo (御霊). Son los vengativos fantasmas de aristócratas, especialmente, de aquellos que fueron martirizados en vida. Fueron muy comunes en el período Heian. La creencia popular dice que son capaces de realizar venganzas catastróficas, desde destrucción de cadáveres, hasta la invocación de tifones y terremotos.


Funayurei (船幽霊). Son los fantasmas de los que fallecieron en el mar. Se aproximan a la gente en botes o barcos y les piden un cucharón. Si se les entrega, empezarán a verter agua de mar en la embarcación hasta que se hunda.
 

Zashiki-warashi (座敷童子). Son fantasmas de niños, más traviesos que peligrosos. El aspecto de éste espíritu es el de un niño de unos 5 o 6 años con el cabello ondulado y un rostro rojizo. El niño puede ser de sexo masculino o femenino, aunque actualmente se lo considera femenino. Un Zashiki-warashi se lo puede encontrar en casa viejas y preferentemente grandes.

 





Akaname (垢嘗). Es un tipo de fantasma que se puede encontrar en los baños, bañeras e incluso inodoros succionando con su larga lengua cualquier desperdicio que esté a su alcance. Durante la noche, los sonidos extraños provenientes de baños puede que en vez de cucarachas u otros insectos sea algún akaname. Es un ser benévolo a pesar de su horrible apariencia y el sonido perturbador que produce su lengua al succionar la inmundicia. 

 


Kuchisake-onna (口裂け女 "mujer con la boca cortada"). Es, probablemente, el fantasma más escalofriante de todo el folclore japonés. Se trata del yurei de una mujer que fue asesinada y mutilada por su esposo, cortándole la boca de oreja a oreja. Según las tradiciones, se aparece en los parques oscuros con una máscara que le tapa la boca, preguntando a quien pase por su belleza. Si se comete el fatal error de responder de manera afirmativa, la Kuchisake-onna le cortará la boca de un lado a otro con unas tijeras. También se dice que, si al preguntar ella por su hermosura, se le dice que uno tiene prisa y debe atender un asunto muy importante, se disculpará y dejará marchar a su víctima.
 

Toire no Hanako-san (トイレの花子さん). Este fantasma se dice que vive en los baños de las escuelas, motivo por el cual las chicas en Japon suelen ir en grupo al aseo, evitando encontrarse con ella. Cuenta la leyenda que las chicas nunca entran en ningún aseo que tenga el número 4 pues allí habita este espectro. Las tradiciones sobre ella la señalan como el fantasma de una niña que murió durante un bombardeo durante la Segunda Guerra Mundial, aunque otras historias afirman que se trata del espíritu de una joven asesinada por su padre e incluso el fantasma de un antigua alumna que murió en un por un accidente en la escuela.
 
Yuki-onna (雪女 "La mujer nieve"). Se trata del yurei de una joven de piel blanca, esbelta y muy atractiva, que se le aparece a los que están agotados por luchar contra una tempestad de nieve, calmándolos y haciendo que se duerman, hasta que pierden el conocimiento y mueren. El objetivo que la hace actuar así varía según la historia. A veces la razón es simplemente que le gusta ver cómo muere su víctima, pero también se dice que lo hace para robarles la sangre o el alma con las que alimentarse.
En otras historias, este fantasma se reencarna en una hermosa mujer y se casa con un hombre al que finalmente mata. Suele ir vestida con un kimono blanco y se dice que sus ojos causan terror en aquellos que los miran. Flota por encima de la nieve sin dejar ningún tipo de huella y puede transformarse en nieve o niebla si se ve amenazada.
 
Noppera-bo (野箆坊). Este es un fantasma que puede aparecerse caminando por calle oscuras, con la cara hacia abajo. Si le saludas se dará media vuelta, descubriendo una cara sin rostro, lo cual causa terror en su interlocutor, aunque se dice que es totalmente inofensivo.
 







 
Gaki (餓鬼 ‘Fantasma hambriento’). Los gaki son seres que sufren continuamente hambre y sed, puesto que cualquier alimento que se halle ante ellos desaparecerá entre las llamas. Son seres infelices y demacrados, con el vientre hinchado y la boca muy ancha, símbolo del hambre y la sed que poseen.


 
                                                                         (Continuará...)